Hacia el año 1893, al finalizar su estancia como pensionado en la
Academia Española de Roma, parece estar ya definido el perfil de
lo que será la constante de su obra.
De un estudio que el artista realiza en esta época, titulado "El
Renacimiento en la Pintura Española“, recojo una apreciación que
hace el historiador del arte malagueño Francisco Palomo, quien
realizó un trabajo sobre Simonet en 1980: "se desprende de él la
visión de lo que el artista cree descubrir como identidad de nuestra
pintura: el realismo de la forma con un idealismo de esencia,
percepción de la que hará su credo poético, su postura personal
ante su propia obra de significado idealista, mitológico y religioso en
gran número de sus creaciones”. (6)
Gethsemaní (1893)
Orando en El Paular (1920)
Contemplando la Hoguera (1905)
INTRODUCCIÓN