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En este apunte sobre la vida y obra de mi abuelo, Enrique Simonet y Lombardo, se quiere mostrar una interesante y característica personalidad

del fecundísimo ambiente pictórico español de finales del siglo XIX y principios del XX, al que hoy en día algunos llaman la Edad de Plata de

nuestra pintura en España.

La nueva mentalidad que se gestaba en la época con el avance de los conocimientos científicos y la naciente industrialización, propició una

mirada nueva sobre la realidad que condujo a complejos retos a quienes, no pudiendo como él vivir sin pintar, buscaron dentro del mundo de las

artes un camino de autenticidad para realizarse. Éstas, también sometidas al torbellino originado por los cambios, reflejarían las nuevas

tendencias que se abrían paso por todo el continente europeo.

L

a contestación a lo establecido y la búsqueda de nuevas formas de expresión serían las grandes impulsoras de la enorme creatividad que se

desarrollaría durante este tiempo. A la consigna de “el arte por el arte” se iniciaría el proceso informalista que conduciría hacia el subjetivismo de

“es arte porque lo dice su autor” y, así, a una larga y compleja búsqueda de espacios no explorados por las artes occidentales que desembocaría

en la actual “obra abierta”, de la que el autor es sólo una sugerencia y el espectador también es creador. Este proceso, que indudablemente ha

separado a los artistas del gran público al exigirle una gran formación artística para conectar con lo que se representa, no fue el único

emprendido por los artistas de esa generación.

Hubo otros caminos de renovación, casi todos ellos hoy en día grandes olvidados. En la actualidad, ya se empieza a reconocer que este crítico

período de nuestra historia particular fue injustamente ensombrecido por las generaciones posteriores, que lo enjuiciaron como de desánimo y

falto de interés por los cambios. Un seguimiento de su evolución permitiría retomar aquel punto de partida y comprender mejor dónde estamos.

La vida y obra de Enrique Simonet y Lombardo son un claro exponente de esta situación.

Pintando “El Sermón de la Montaña” (1910)

Pintando al matrimonio Gasset, Ramón (1895)

Pintando “La Primera Misa” (1908)

INTRODUCCIÓN